Ya sea que te aceptaron para ese cargo que estabas buscando o que estés iniciando un proyecto propio, estás por comenzar en un nuevo trabajo. En estas circunstancias, independientemente de nuestro nivel de experiencia, nos embarga a todos, una sensación sana e inevitable de estrés ante el reto que se avecina.
Esto es absolutamente normal, previsible y hasta positivo, puesto que queremos dar lo mejor de nosotros y al mismo tiempo necesitamos confirmar que haber tomado la decisión de aceptar ese nuevo empleo ha sido realmente lo acertado y que ha merecido todo el esfuerzo que realizamos para conseguirlo.
La mejor noticia es que ese estado de inquietud, lo podemos utilizar a nuestro favor, al aplicarlo como un motor que nos lleve a tomar las medidas necesarias para adaptarnos con éxito a la desafiante situación de un trabajo nuevo.
Paso a paso para vencer el miedo y tener éxito al comenzar en una nueva empresa
Mi recomendación es que en todo momento estés consciente de que esta es una fase de aprendizaje, adaptación y apertura, la cual debes abordar con la mejor actitud y con la claridad de saber que “no habrá una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”.
Por todo ello, te invito a garantizar que harás todo lo necesario para iniciar con buen pie en esta nueva actividad y que podrás ganarte la admiración de todos.
Así que, prepárate a seguir estos breves y funcionales tips, que hemos preparado para facilitarte esta etapa; y disponte a ver los excelentes resultados que lograrás desde el primer día en tu nuevo empleo:
- Indaga previamente sobre tu empresa o actividad. Antes de tu primer día de trabajo investiga toda la información posible sobre tu nueva compañía. Busca información en internet, en la prensa, averigua con otros profesionales y clientes del sector, etc.
- Aplica la puntualidad de modo impecable. En esto somos enfáticos y te invitamos a tomar medidas efectivas. Cumple a cabalidad los tiempos de entradas, descansos, comidas, salidas y, sobre todo, cumple con los tiempos de culminación de tareas a tus superiores, compañeros, proveedores y clientes. Evita los retrasos, puesto que suelen dejarnos muy mal parados.
- Esmérate en cuidar tu imagen. Asegúrate de mostrar un aspecto agradable, acorde con el ambiente de trabajo. Infórmate con antelación de los códigos de vestimenta del lugar, averigua cómo se suelen vestir en la empresa. Evita ser demasiado llamativo u ostentoso con tu selección. Ya sea con uniforme o que tengas la libertad de elegir tu vestuario y accesorios, hazlo con distinción, sobriedad, comodidad, elegancia y sencillez.
- Practica siempre el respeto. Cuidar los límites de confianza y de espacio al evitar el comportamiento invasivo con expresiones, ciertos chistes, atribuciones, apodos, contacto físico inapropiado, uso de herramientas laborales ajenas, de sus áreas de trabajo y hasta de las actividades que deben realizar otros, sin contemplar su consentimiento, podría afectar seriamente esa imagen positiva y mesurada de nosotros, que intentamos crear en los demás.
- Mantén el orden y cuidado de todos los recursos asignados. El realizar a diario nuestro trabajo supone la utilización de recursos que representan un gasto para la empresa en la que laboramos. Por esta razón, la organización valorará ampliamente que desde tu inicio te destaques por hacer un cuidadoso uso de todos los elementos de trabajo que te han sido concedidos. Su uso racional y prudente, no solo hablará muy bien de ti, sino que te destacará por tu inteligente contribución a la rentabilidad de la compañía.
- Socializa y crea tu branding personal. En nuestro trabajo tenemos que saber vender lo que ofrecemos, así como las empresas lo hacen en el mercado. Por esta razón te sugiero, comienza a crear tu propia marca personal. Relaciónate con tus compañeros. Saluda a todos, sin importar su cargo, condición o relevancia. Conócelos. Sé amable y gentil. Sonríe. Verás cómo esta actitud te comienza a generar respuestas más que satisfactorias.
- Escucha y pregunta. Más que hablar, formula todas las preguntas que vengan a tu mente y que puedan contribuir con que realices bien tus funciones. Nútrete de lo que te digan. Dale mucho valor a la escucha, aprende a captar en profundidad cada mensaje. Recibe, retiene, anota y relee si lo crees necesario. Recuerda que éste es un tiempo de aprender.
- Sé prudente y humilde. Aplica esto con tus conocimientos, con tus intervenciones, con tus opiniones, con tu comportamiento. La prepotencia y la ostentación de lo que eres, lo que sabes y lo que posees, sólo generará distanciamientos y desagrados. Deja que sean tus hechos los que hablen de ti y no tus palabras. Evita el protagonismo, sobre todo en estos tiempos iniciales, asegúrate de que la empresa continúe siendo el eje de la historia y no trates de sorprender con tus hazañas, ya que -sin tú quererlo- muchos podrían percibirte como una amenazante competencia a neutralizar y no se trata de eso.
- Mantente atento y dispuesto. Este tiempo también es un tiempo de concentración. Habrá una sobredosis de información en el entorno que debes obtener, entonces, mantente alerta, sobre todo cuando recibas instrucciones de cómo desarrollar una tarea y cuando se te haga un requerimiento. Sé entusiasta, ponle ánimo a lo que hagas y, por supuesto, sé proactivo, anticípate a la búsqueda de soluciones, antes de que los problemas se compliquen.
- Crea tu propio juicio. En cada circunstancia, sobre todo en esta etapa en que estás comenzando a conocer un nuevo contexto, básate en tus propias ideas, pensamientos y emociones, evita dejarte llevar por la opinión de otros, puesto que, sea buena o mala, está determinada por las características de aquella persona, por su sistema de creencias y por sus propias experiencias. Escucha con apertura y respeto lo que te quieran decir, pero sé objetivo ante los juicios de los demás y forma los tuyos conforme a tus propias vivencias.
- Cristaliza las expectativas de la Empresa. Incluso si tu supervisor no te ha convocado a una reunión inicial, solicítala bajo tu iniciativa, tan pronto como sea posible para ambos. La idea de este diálogo preliminar es conocer con claridad cada una de tus funciones, los objetivos del cargo, lo que la empresa espera de ti exactamente. También es sano que conozcas el sistema de evaluación por el que serás medido, el programa de compensación y beneficios, cuál es la política de ajustes de sueldo, sus parámetros, periodicidad, etc. De este modo, obtendrás mucha más precisión al desempeñar tu trabajo, minimizarás las posibilidades de error y pérdidas de esfuerzo y tiempo en prácticas innecesarias y te enfocarás más en el logro de tus metas.
Espero que estos consejos te funcionen tanto como me han funcionado a mí y a muchos miembros de soyliderplus que los han aplicado.
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